Nuestra primera parada del día sería el Mercado de Pulgas. No os guiéis demasiado de lo que dice el google maps, te indica una calle y cuando llegas no está el mercado. Pero está muy cerca, sólo tienes que girarte y levantar la cabeza. Lo verás frente a ti.
Volvimos hacia atrás para dirigirnos hacia el Lapin Agile, un cabaret que me pareció muy bonito por fuera. Tenía curiosidad por verlo desde que oí hablar de él.
Es el cabaret más antiguo de París y la traducción de su nombre es “el conejo ágil”. Por allí pasaron personas conocidas como Apollinaire, Picasso, Max Jacob, etc.
Una vez hecha las fotos de rigor y admirado el lugar, nos echamos a andar en busca del Museo de Montmartre, al que no entramos pero sacamos una foto a su exterior.
Seguimos nuestro paseo por el barrio y llegamos a la Place du Tertre (la plaza de los pintores).
Y nos dirigimos hacia el Espace Montmartre Salvador Dali. Me encanta Dalí, así que no podía faltar esta visita.
Continuamos nuestro camino y pasamos por Le Moulin de la Galette. Empezó usándose para moler trigo y hacer la vendimia, después de la Revolución Francesa se convirtió en cabaret (frecuentado por Toulouse-Lautrec, Van Gogh, Renoir…) y hoy en día es un restaurante.
Luego nos acercamos hasta el Cementiére de Montmartre, las tumbas son dignas de ver. Sólo nos recorrimos un muy pequeño trocito.
Al salir del cementerio nos acercamos hasta el Moulin Rouge, no hace falta comentar nada ya que es más que conocido.
Y caminamos un trocito del Boulevard de Clichy para ver las tiendas que hay por allí, para muestra un botón.
Subimos hasta la Rue des Abbesses para llegar hasta la Place des Abesses y ver el metro, conocido por la película “Amelíe”.
Aquí cogimos el metro y nos dirigimos hacia Pére Lachaise para visitar su cementerio, también muy espectacular.
Y lo cogimos de vuelta hasta Anvers para ir hasta la Place St Pierre y coger el funicular que nos subiría hasta Sacré Coeur.
Después de ver la iglesia, nos sentamos un rato en la escalera a mirar el paisaje y a escuchar cantar a un chico que lo hacía genial.
Llevábamos días intentando ubicar algo y no encontrábamos el momento adecuado, así que nos fuimos en busca de la Estatua de la Libertad. Sí, no estoy loca. Ya sé que no estoy en Nueva York, pero la Comunidad Americana le regaló a Francia una pequeña copia de Miss Liberty en el centenario de la Revolución Francesa. Está en la Isla de los Cisnes, una isla artificial.
Ya no nos quedaba otra cosa que hacer aquí, así que buscamos una boca de metro y nos dirigimos hacia el hotel.
Había que hacer las maletas, nuestro viaje había llegado a su fin.
Después de la cena, volvimos a la habitación y a dormir. Al día siguiente había que levantarse más o menos pronto para ir al aeropuerto.
Hola guapa, tienes un regalito en mi blog. Un beso
ResponderEliminarEverything is very open with a clear clarification of the challenges.
ResponderEliminarIt was truly informative. Your site is useful. Thanks for sharing!