Alojándote en el centro puedes llegar caminando casi a cualquier lugar de la ciudad.
Llegamos a mediodía del jueves al Hostal Los Alpes y, una vez deshecha las maletitas que llevábamos, nos echamos a la calle.
Primera parada el Vips de Gran Vía y luego al Starbucks de la Calle Fuencarral. Calle Montera y Puerta del Sol fueron los primeros lugares a visitar. De vuelta hacia Chueca y alguna comprita que otra.
Fuimos a descansar un rato al hostal, llevábamos despiertas desde las 6 de la mañana.
De vuelta en la calle, fuimos camino de la Calle Postas para acabar en la Plaza Mayor. De allí seguimos caminando por la Calle Mayor en dirección a la Catedral de la Almudena, Palacio Real y Plaza de España.
Volvimos al hostal a ducharnos y arreglarnos para salir a cenar. Luego dejamos a mamá en el hostal y nos fuimos a La Negra Tomasa a por unos mojitos y un poquito de música latina en directo.
Al día siguiente y sin levantarnos demasiado pronto, cogimos el metro en dirección al Santiago Bernabéu. Una de las que iban conmigo es madridista y quería verlo por fuera, lógicamente a mí no me importó ir a pasear por allí. Compritas en la tienda del Real Madrid y un refresquito antes de volver al centro.
Volvimos a comer en el Vips y de vuelta a descansar un rato al hostal para, más tarde, volver a echarnos a las calles.
Cogimos rumbo a la Puerta del Sol para tomar la Carrera de San Jerónimo y dirigirnos hacia el Congreso de los Diputados. Después de las fotitos de rigor, nos sentamos en la plaza que está enfrente para descansar. El calor era tan insoportable que con sólo dar dos pasos ya necesitabas tomarte un descanso para poder seguir el camino.
Deshicimos el camino andado para volver al hostal, ducharnos y salir a cenar. Fuimos hacia la zona donde se encuentra el Room Mate Óscar para buscar un sitio donde picar algo y nos encontramos la agradable sorpresa de que nos invitaban a un cóctel en el ParísTokyo.
El ParísTokyo está en los bajos del Room Mate Óscar, perteneciente a la cadena de hoteles de Kike Sarasola y su marido. Tiene una cuidada decoración en la que predomina el minimalismo, sus camareros son muy amables con los clientes y la carta es sencilla. Le doy un 10 a su calidad/precio.
No soy de gustarme la comida cruda (tipo sushi, sashimi, etc) pero el mini tartar de salmón y el mini steak tartar estaban riquísimos.
No teníamos ganas de juerga y no nos apetecía meternos en un local para tomar algo, así que fuimos a las terracillas de la Calle Montera para tomar el fresco y beber algo.
Nuestro último día y, después del desayuno, había que hacer la maletita para dejarla en el hostal hasta por la tarde que nos dirigiríamos hacia el aeropuerto.
Después de pasar la mañana paseando por Chueca nos dirigimos hacia la Calle Cava Baja para torcer a la derecha en la Calle Almendro y entrar a comer en la Taberna Almendro 13 (el salmorejo, la rosca de jamón ibérico y los huevos rotos son de lo mejor).
Tras la comida volvimos por donde vinimos y nos fuimos en busca del último Café Latte del Starbucks, ya se iba acercando la hora de despedirnos de esta ciudad a la que adoro.
Después de otro paseíto, fuimos al hostal a recoger las maletas e irnos al aeropuerto. En un par de horas cogíamos el avión de vuelta a Tenerife.
Pues una ruta muy completa para visitar Madrid. Aunque Madrid tiene tantas cosas que dos días se hacen muy cortos!
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